Edad Antigua

El momento que se suele tomar para marcar el inicio de este período histórico es el de la aparición de la escritura. Por este motivo tomaremos como inicio de esta etapa histórica el momento en el que se desarrolla una cultura que da identidad de pueblo a los habitantes de esta zona geográfica. Una muestra muy significativa de esta cultura son las Estelas Gigantes: discos pétreos de culto al Sol y la Luna. Estos monumentos monolíticos se han fechado en torno al siglo II a.c. en plena Edad del Hierro. Es en este momento en el que se puede decir que este territorio estaba habitado por un pueblo con cultura e identidad propia: los cántabros. Su origen no está muy claro, pero se supone que es el resultado de la fusión de grupos celtas llegados en oleadas del centro del continente y la población autóctona.

Varios son los vestigios que sobre esta etapa se localizan en el Valle de Buelna e incluso en el propio Término Municipal de Los Corrales de Buelna. Tanto los referentes al pueblo cántabro como los posteriores, ya en momentos de plena romanización, son elementos insignes de la Historia de Cantabria.

Las Estelas Gigantes de Lombera y Barros son, por su singularidad, objetos patrimoniales de primer orden. Tanto es así que una de ellas ha pasado a ser elemento del escudo regional. Otros vestigios muy importantes , son los restos de castros cántabros en las cumbres que rodean el valle. Monte Dobra y el Cueto.

Tras dos siglos de continua expansión por la Península, Roma se encuentra con los últimos baluartes ajenos al imperio de toda Hispana: galaicos, satures y cántabros.

Una vez concluida la conquista militar se iniciaba la conquista cultural y económica. Para ellos se inició la construcción de una vía de comunicación que atravesase la región, de sur a norte,(Calzada Romana). Junto a esta vía de comunicación a la altura de Las Caldas de Besaya, parece ser que existieron unas termas aprovechando la surgencia de aguas termales